Tal y como explica la editorial del diario Gara, “el Gobierno español, a
través de una carta firmada por el ministro de Economía y utilizando,
una vez más, un eufemismo, formalizó ayer la petición del rescate para la banca.
En torno al mismo existen todavía importantes incógnitas, como su
cuantía, y apenas una certeza: se trata de una pésima noticia para las
clases populares. Lo es porque, a pesar de que el PP haya intentado
tergiversar su carácter asentando la idea de que son las propias
entidades financieras las que deberán lidiar con sus consecuencias, lo
cierto es que va a ser la sociedad, por medio de nuevos recortes y una mayor carga impositiva, quien se hará cargo del coste
de la operación. No en vano será el propio Ejecutivo, a través del
Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el depositario del
montante finalmente acordado y quien en última instancia responderá por
él ante la Unión Europea.
Precisamente, coincidiendo con la petición formal del rescate, y
mientras el vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, insistía
en que Bruselas vigilará la aplicación de los ajustes y reformas
en el Estado español «en paralelo» al rescate bancario, el propio
Mariano Rajoy avanzaba que su Gabinete implementará pronto nuevas
medidas, que calificó como difíciles. Que una persona tan dada
a los circunloquios como el presidente español utilizara esa expresión
resulta llamativo y alarmante al mismo tiempo.
En este contexto, la sociedad vasca debe plantearse
seriamente las consecuencias de permanecer ligada a un Estado que se
limita a ejercer de avalista de su sistema financiero, que ha
hecho de la austeridad un dogma y que no escatima esfuerzos para
apaciguar los mercados. Si las instituciones vascas no son capaces de
confrontar con esta política de recortes, si no apuestan por un modelo
alternativo que priorice el interés de las personas, la trampa que el
Gobierno del PP ha tendido a sus ciudadanos atrapará también a este
pueblo y se llevará por delante su tejido social y económico.”
Ya lo avanzaba “informacion.es” el 4 de junio cuando decía:
“… qué pasaría en España si fuera intervenida. Teniendo en cuenta que ocurrió en Grecia, Irlanda y Portugal donde se aplicaron muchas de estas medidas y que a la vez son ya recomendación que están haciendo desde Bruselas.
1. Subida del IVA: El aumento del IVA, sugiere
Bruselas, podría lograrse suprimiendo gran parte de los tipos reducidos
(8%) y superreducidos (4%) que se aplican a algunos productos.
2. Rebajar las cotizaciones sociales y que se compense la pérdida de ingresos con el aumento del IVA.
3. Recortar los gastos de las comunidades autónomas y reduciendo el tamaño del sector público autonómico.
4. Reducción de salarios y funcionarios. Se estima el despido de al menos medio millón de trabajadores del sector público.
5. Pensiones y prestaciones por desempleo más bajas.
6. Sueldos e indemnizaciones por despido en el sector privado más precarios.
7. Privatización de empresas públicas.
8. Retraso de la edad de jubilación: hasta los 67
años como está previsto para garantizar la sostenibilidad de las
cuentas públicas a largo plazo. El retraso en la edad de jubilación se
aceleraría.
9. Supresión de la deducción por vivienda habitual.
10. Se impondría el copago sanitario: en Grecia pagan 3€ por ir al médico y en Portugal 20€ por ir a urgencias.
11. Menos becas en educación.
12. Se obligaría al Gobierno y las comunidades autónomas a imponer peajes.
13. Nuevas subidas en el recibo de la luz.
14. Aumento de los impuestos especiales sobre el tabaco y el alcohol, tasas medioambientales y sobre los carburantes para el transporte.
Los encargados de ejecutar este programa de ajustes son la llamada
Troika, una comisión que representa a los acreedores exteriores y está
formada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo
Monetario Internacional y que tiene como objetivo cobrar sus deudas.
La Troika pone las condiciones para dar la ayuda, el Gobierno firma
el llamado Memorándum de Entendimiento con la Comisión Europea, donde
se fijan las condiciones de la asistencia o sea la cantidad total del
préstamo, tipos de interés, plazo de vencimiento, etc y ésta se
vincularía automáticamente al estricto cumplimiento por parte de España
de un Programa de Ajuste elaborado por la Troika.”
Que cada cual saque sus propias conclusiones, pero lo que no se puede
negar es que si no hacemos nada, si no luchamos, el futuro será más
precario aún.
Asi que no queda otra: organización y lucha!